La nostalgia conductista en la educación me tiene cansada…

Créditos imagen  http://uoctic grupo5.wikispaces.com/Conductismo

Hoy voy a escribir una entrada poco «popular», alejada de las reflexiones de los padres y dirigida solamente a un sector de profesionales dedicado a la educación, pero que hace tiempo vengo pensando.

Aceptémoslo: varios comentarios derivados de supuestos enfoques «cognitivos» del aprendizaje están peligrosamente más cercanos a Skinner y Gagné que a nuevas formas de entender el conocimiento. Y ni hablar de las remembranzas y permanentes menciones nostálgicas que encontramos en la web a la Taxonomía de Bloom!!!!! Y me parece que de una vez por todas deberíamos poner blanco sobre negro.

Construir el conocimiento no es lo mismo que recibir información y procesarla. Ideas previas no es lo mismo que estructuras de conocimiento. Expectativas de logro no son lo mismo que competencias. Fijar y predeterminar los aprendizajes esperados no es lo mismo que respetar los tiempos y formas de aprender y menos aún considerar la variedad de estilos de aprender. Un diagnóstico del grupo en términos didácticos no es lo mismo que ver lo que la maestro anterior le enseñó a los chicos. Considerar «las siete inteligencias de Gardner» no es lo mismo que asimilar y acomodar conocimientos. Hablar de comprensión genuina no es lo mismo que referirnos al conflicto cognitivo. No es lo mismo un chico inquieto que tener Déficit de Atención!!!! Y así podría seguir enumerando cantidad de frases y lugares comunes que suelo leer y escuchar, pero me interesa focalizar la mirada sobre aquellas confusiones que hace que el conductismo hoy siga siendo una gran solución en la enseñanza.

En el afán de «forzar todo para meterlo en la práctica» los pedagogos muchas veces nos esmeramos en mezclar chanchos con calefones y transpolar mecánicamente conceptos del campo de la Psicología sobre todo al de la Didáctica.

La estandarización de competencias no puede pensarse siempre ligada a principios de neto orden conductista. El hablar de capacidades, habilidades o destrezas no nos debería llevar mecánicamente otra vez a encontrar una serie de «verbos adecuados»  que definan «las conductas esperables» en los alumnos. Porque claramente estamos cayendo en un paradigma que ya creíamos recontra superado pero que como vemos sigue vivito y coleando…

Sitios muy renombrados -a los que yo suelo seguir como Eduteka- caen también sin querer en esta trampa que pone en términos «académicos» el retorno a lo más conservador y tradicional de la educación. Basta ver por ejemplo este tipo de estudios que hablan de la Taxonomía de Bloom para la era digital o esta referencia a habilidades de orden superior del pensamiento. No nos engañemos: Bloom era un valuarte del conductismo. El hecho de estar en la era de la información y el conocimiento no cambia esta afirmación ni justifica caer en paradigmas ya superados.

Cuando yo estudiaba para ser maestra nos enseñaban a seleccionar adecuadamente los objetivos utilizando la clásica Taxonomía de Bloom. El sentido era predeterminar las conductas esperables y ponerlas en términos observables y medibles. ¿Eso es lo que queremos para la era digital? ¿El desarrollo de un pensamiento lineal y predecible en los chicos? ¿A dónde quedaron los aportes del constructivismo al campo de la Didáctica? O lo que es peor… ¿podemos creer que ambos enfoques son subsumibles uno al otro o al menos compatibles entre sí? Si vamos por este camino, es que no se entendió nada y asistimos a un cambalache de conceptos y teorías a donde todo da igual.

No creo factible hoy seguir dudando de que los chicos aprender verdaderamente cuando enfrentan problemas y situaciones que los obligan a desplegar estrategias originales para enfrentarlos. Unificar «habilidades esperables» difícilmente nos lleve a crear espacios para que puedan desplegar las propias si siempre estamos expectantes de que hagan lo que les decimos o desarrollen el tipo de pensamiento que los docentes queremos.

Corremos el peligro de volver a crear las máquinas de enseñar de Skinner y caer en la enseñanza programada por computadora que suponíamos más que superada a esta altura. Así que empecemos a separar las cosas y no meter todo en la misma bolsa, porque sino toda esta nueva serie de «destrezas, habilidades y capacidades» para la Sociedad del Conocimiento no va a ser otra cosa que esta farsa de la conductista Taxonomía de Bloom pero con nuevo maquillaje. Podemos estandarizar, siempre y cuando no quedemos al borde de derrapar y optar por el camino fácil de seguir haciendo más de lo mismo con otros nombres.

3 comentarios

  1. ME encantó este aporte. Soy alumno en el ultimo cuatrimestre de formación docente, y estos son claramente los problemas a los que me enfrento… nos siguen enseñando a formular objetivos conductistas, objetivos esperables… y realmente debemos hacerlos ya que es condición para aprobar, pero necesito saber o de donde puedo obtener información para aprender a plantear planes de clases que constructivistas… sin caer en lo aburrido de Bloom o Skinner… mas allá de los aportes importantes que tienen estos enfoques… gracias.

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    • Gracias MDAVID82 por tu comentario! En el Profesorado solemos enfrentar cotidianamente esta contradicción entre el discurso y la acción. Mientras hablamos de constructivismo como contenido central en las clases los modelos de enseñanza en la formación superior resultan aún los más tradicionales. Como diría mi gran maestra Cristina Davini, no deberíamos tenerle miedo a los «buenos modelos» y empezar a poner en práctica el discurso para ser coherentes.

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