Los libros de texto en la era digital

La formación de lectores siempre se incluye como una preocupación de la escuela. Sin embargo, todas las acciones tienden a mostrar que la escuela es la principal impulsora del alejamiento de niños y jóvenes de la lectura. Si bien existe en el discurso pedagógico una fuerte impronta del «leer por placer», las acciones van en el sentido contrario de esta afirmación.

La proliferación de los libros de texto en la escuela es descomunal. La industria editorial encuentra en este punto el mayor de los mercados. Ni hablar con los textos de primaria, a donde ya no existe más el «pasar el libro de los hermanos mayores a los menores»: los libros de texto vienen diseñados para recortar y ser «mutilados» de manera tal que no puedan ser reutilizados. Y el presupuesto familiar que esto implica cada año!!!! Por suerte en algunos lugares el trabajo colaborativo de comunidades docentes empieza a desarrollar algunas alternativas para superar esta tendencia. Por ejemplo el proyecto del grupo español Apuntes Marea Verde, que elabora libros de texto gratuitos que se publican con una licencia libre de modo que cualquiera pueda utilizarlos como guías de estudio.

No pongo todo en la misma bolsa sobre los libros de texto, pero en cuanto a lectura se refiere es difícil promover el placer por leer a partir de estas obras que tienen una finalidad netamente curricular. Estoy convencida de que enseñar contenidos curriculares utilizando textos literarios es el certificado de defunción del interés de los chicos y jóvenes de leer por gusto.

Por eso creo que el otro gran error de la escuela es seleccionar buenos libros (aparte de los de texto) que podrían despertar el interés por la lectura para luego «despanzurrarlos» con cuestionarios que reiteran la repetición de la historia hasta el infinito y saturan en vez de despertar la reflexión. «Tomarles» la historia es garantizar que la detesten.

El otro punto sobre el que quiero dedicar atención es el tema del ritual de «la hora de lectura» en la escuela. Me parece que «leer por decreto» a un horario determinado dista bastante de la idea de leer por placer. Estas estrategias, que incluso se amplifican en las «maratones de lectura» a mi juicio producen un efecto boomerang sobre las acciones de formación de lectores.

Por último, un punto sobre el que me explayaré en otra entrada pero que quisiera comenzar a señalar aquí: la lectura mediante dispositivos digitales. Estoy convencida de que las computadoras y tabletas no alejan a los chicos de la lectura sino que, por el contrario, les abren el mundo a posibilidades lectoras diversas a las que llegan por elección propia. Para los chicos y jóvenes leer pantallas puede ser la mejor antesala para leer en papel. Si la escuela entendiera esto y dejara de lado las falsas antinomias seguramente encontraríamos que los chicos pasan muchas horas leyendo en pantalla todo tipo de historias ficcionales y reales. Los propios videojuegos son narrativas diferentes pero claramente escrituras de enorme valor para las nuevas generaciones. Pero la amplitud de este tema amerita una entrada específica que prometo en breve. Como adelanto dejo un enlace a un sitio bien interesante sobre este tema: http://leerenpantalla.com/

5 comentarios

  1. Estoy de acuerdo y considero que sí se propusieran otro tipo de estrategias para fomentar la lectura habría más lectores, porque sólo el hecho de saber que es impuesto te predispone ha hacerlo, haciendo de esto una actividad que lejos de disfrutar se vuelva tediosa.

    Me gusta

Deja un comentario