Este blog y su autora

Acerca del blog

«Pensar la escuela» es un espacio pensado para mostrar diferentes perspectivas e ideas acerca de la escuela. Intenta provocar reflexiones diversas y constituirse en una invitación al debate entre docentes, padres y por qué no chicos y jóvenes.

Parte de la idea de que la escuela puede mejorarse, pero que para lograrlo es necesario instalar una suerte de análisis permanente que nos permita romper con la inercia, con esa idea de que la escuela siempre fue así y que debe continuar perpetuando prácticas que se instalan como las únicas posibles en ese ámbito.

Una de mis grandes maestras María Cristina Davini -de la que aprendí el valor de los buenos modelos para la formación docente- nos acercó las palabras de Terhart, quien en 1987 definía esta formación como una «empresa de bajo impacto»: lo que se aprende en esta instancia tiene mucha menos fuerza que las prácticas escolares institucionalizadas, por lo que cuando los estudiantes siguen las carreras de profesorado logran un pensamiento que luego es «neutralizado» para las prácticas habituales de la escuela. Y así se continúan, perdiéndose la posibilidad del cambio y la mejora. Todo sigue igual…

Como formadora de maestros, me preocupa esta falta de espacios de pensamiento y reflexión sobre la escuela. El objetivo principal de este blog, es capitalizar el valor de las comunidades virtuales constituyéndose en un lugar de encuentro de puntos de vista. Por ese motivo, es probable que no estemos de acuerdo sobre lo que aquí se vuelca, pero el sentido es sostener un disenso y un debate que nos permita seguir pensando juntos. Pero además como madre, he vivido también esta falta de debate. Observo muchos chicos y padres «sufrir» la escuela y me pregunto por qué si la mayor parte de la infancia transcurre en ella tiene que ser de este modo.

«Pensar la escuela» está lejos de pretensiones académicas: quiere ser un puente a donde podamos aportar desde las prácticas cotidianas, desde las miradas particulares.  Creo en la escuela y su potencial para mejorar, pero solo es posible si la pensamos juntos.

Este blog es el resultado de esas reflexiones, esas miradas, esos debates. La idea de “pensar en voz alta” como docente y como madre todo lo que pasa por la escuela, de volcar el sentir e intentar plasmar la voz de quienes intuitivamente piensan la escuela sin tener un espacio sistemático para hacerlo. También poder intercambiar entre quienes estamos preocupados por cambiar y mejorar la escuela, sin necesidad de ser docente o «especialista»: contar con la posibilidad de plantear diferentes puntos de vista y por sobre todo, generar debates. La única forma de dejar de reproducir en la escuela es comenzar por interpelarla.

Acerca de mí

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Mujer, docente, madre, esposa… todas etiquetas. ¿Van en ese orden? ¿Tienen algún orden? Todas esas palabras me definen de algún modo.

Comencé mi carrera como maestra de educación inicial.  Mientras tanto continuaba estudiando mi segunda carrera: Ciencias de la Educación. Al poco tiempo de recibirme en la universidad comencé a dedicarme a la formación docente de ingenieros y luego a la de futuros maestros. Y desde el día en que empecé me quedé en la formación docente. Lugar de grandes desafíos, de muchos cuestionamientos, de revisar permanentemente la escuela.

Siempre me interesaron las innovaciones: probarlas yo misma; analizar qué motivaba a otros a hacerlas; conocer su alcance y variedad. Así me fui acercando a las tecnologías, para comprender su relación con la escuela. Una de mis experiencias más valiosas desde lo profesional ha sido la de coordinar durante años el primer proyecto que hubo en la Ciudad de Buenos Aires de inclusión de tecnologías en las aulas de escuelas públicas, que se llamó “Aulas en Red”.

He tenido la posibilidad de transitar de ámbitos de gestión y decisión educativa como los ministerios de educación. Allí aprendí la riqueza del debate pero por sobre todo la responsabilidad de pensar en las personas reales que trabajan y asisten a las escuelas. Y a pesar de eso sigo eligiendo las aulas, de las que nunca me fui.

Pero quizás mi trabajo más difícil haya sido y sea el de madre de tres hijos, para el que ninguna carrera te prepara. Eso me llevó a ver y vivir la escuela desde otro lugar, y también a “padecerla” junto con mi esposo y compañero de ruta en las reflexiones y la difícil tarea de ser padres.

Tengo expectativas de que este espacio abra canales de comunicación y encuentro entre personas preocupadas y ocupadas por la escuela. Ojalá pueda cubrir al menos algunas de ellas…

¡Bienvenidos a «Pensar la escuela»!

Débora Kozak

Buenos Aires, Argentina

4 comentarios

  1. Hola Débora, no sabía que tenías este blog…. Qué lindo es!! (aunque todavía no terminé de leerte) Siempre con tu voz en alto en defensa de la escuela pública! Fuiste una gran docente para mi, mi enseñaste a ser maestra….. Siempre te recuerdo, te re-leo, te uso en mis planis, sin permiso jaja….. Muchas GRACIAS. Fue hermoso reencontrarte….
    un beso enorme! muchos éxitos en tu nueva etapa
    Milena.

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    • Milena querida, qué hermoso leerte! Es lo que le da sentido a mi trabajo. Me emocionaste con tus palabras.
      A ver cuándo venís por el Normal 1 a seguir pensando con nuestros Graduados cómo cambiamos la educación.
      Gracias!!!!
      Un gran abrazo,
      Débora

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  2. Me alegro por la existencia de este blog. Me identifico. Entre otras muchas cosas, me hace pensar en una reunión (en la escuela de ¿tu hija, hijo, hijes?), entre docentes de la misma y docentes del ASE, en que nos propusieron, tras algunas jornadas de taller, definir al enemigo de todo lo que pretendemos que suceda en la escuela, de todo lo necesario. Dijimos: EL TEDIO.

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