El martes 17 de diciembre tuve el enorme placer de asistir a la entrega de premios en la que fue reconocido este blog «Pensar la Escuela». Allí pude compartir con mi colega Silvina Carraud Moret -cuyo blog «Contar con TIC» sigo y admiro profundamente- y con mi familia la alegría de ver premiado el esfuerzo y la dedicación que implican hacer un blog en el marco de la vida cotidiana de un docente.

En la edición anterior 2012 tuve la alegría de felicitar a colegas del Centro de Recursos de mi Escuela Normal por este mismo premio y a otros con quienes compartimos una excelente iniciativa que es el Grupo CREAR de Facebook, a donde fui invitada a participar hace un buen tiempo por el Prof. Gustavo Cucuzza y en el que tuve la grata de sorpresa de encontrar excelentes docentes preocupados por mejorar la realidad de cada día en las aulas.

Si bien todo fue alegría, no puedo dejar de remarcar el sabor amargo que deja que mi propia escuela, en la que me desempeño hace 22 años como profesora, no haya tenido reconocimiento institucional alguno acerca de este hecho y que sea la Universidad de Buenos Aires quien premie mi labor. Por supuesto me enorgullece que la prestigiosa Universidad en la que me formé y que aún trabajo genere estos reconocimientos, pero cuando diseñé en mi mente este blog lo hice pensando justamente en cómo podría redundar en beneficio de la comunidad de mi escuela y de otras tantas. Seguramente uds. podrán decirme «nadie es profeta en su tierra», sin embargo he asistido al reconocimiento de otras instituciones al trabajo de sus docentes.

Por suerte, y para equilibrar la balanza, están mis colegas y estudiantes quienes me han acercado todo tipo de mensajes afectuosos, a quienes quiero dedicar un especial agradecimiento.

Cuando las instituciones aprendan a valorar el esfuerzo, el trabajo, la colaboración y la participación y dejen de lugar la burocracia, el oscurantismo y el personalismo que atenta contra la profesionalidad, seguramente allí será cuando logremos cambiar la escuela. Confío en que no estemos lejos de ese escenario…

Gracias a todos los que me acompañan día a día con comentarios, ideas, propuestas y que me hacen seguir pensando y planteando nuevos desafíos.

Vuelvo a agradecer a la UBA por esta iniciativa y la cálida ceremonia y recepción. Comparto con ustedes la imagen de la entrega con el Prof. Ruben Hallú, Rector de la Universidad, como broche de oro!