Vísperas de la conmemoración del día del maestro en Argentina, conversación entre padres a la salida de la escuela: ¿mañana no hay clases? ¿Secundaria tampoco? ¿Por qué no dan clases el día del maestro? Me sorprendí con la pregunta: desde que tengo memoria, en la escuela primaria se conmemora la fecha con un feriado en donde se reconoce a los docentes en su día liberado de tareas. ¿Hasta esto llegamos de que se cuestione lo no laboral de este día? Me parece que habla mucho de la imagen que la sociedad tiene hoy de nosotros…
Cada uno asigna diferentes significados y sentidos al ser maestro: ¿de cuáles quisiéramos que nuestra comunidad se hiciera eco?
Siendo una profesión tan vapuleada económicamente, la elección docente sin dudas tiene un sustento en otros aspectos: algunos hablan de vocación (para mí es un término que hace mucho ruido), otros de compromiso, deseo, etc. Lo cierto es que hoy para ser docente se necesita una dosis adicional de sensibilidad y paciencia, de esas que merecen ser recompensadas con algo más que un día no laboral.
En lo personal tengo una particular admiración por los docentes que repiensan sus prácticas, que escuchan, que acompañan, que contienen, que alientan, que quieren, que buscan, que orientan, que problematizan, que cuestionan, que defienden su profesión. Por sobre todo aprecio a aquellos cuyas ganas de cambiar se perciben en cada una de las acciones que encaran. Y tengo muchos colegas que se me vienen a la mente cuando pienso en todo esto: MAESTROS con mayúsculas a quienes quiero aplaudir en su día porque son quienes me devuelven la esperanza de que podemos hacer algo mejor por la educación de las nuevas generaciones.
¡FELIZ DÍA A TODOS LOS MAESTROS!
Y que nos merezcamos además de la jornada no laboral que ya tenemos un salario digno todo el año y unas condiciones de trabajo que nos permitan vivir una vida con menos tropiezos y cansancios y con más gratificaciones!