Cuando la violencia en las familias se cuela en la escuela (valga la rima)

Créditos imagen: http://auno.org.ar/media/uploads/violencia_genero.jpg

Esta semana viví desde mi rol de tutora de estudiantes del profesorado (adultos), una de las tantas situaciones de violencia intrafamiliar a las que asistimos. Es realmente increíble el incremento de casos de violencia de género, y no creo que pueda atribuirse solo al hecho de que ahora las estudiantes se animan a hablar, sino que efectivamente se han multiplicado exponencialmente. Padres que agreden físicamente y psicológicamente; parejas violentas; violencia contra menores… son lamentablemente las situaciones que se repiten de manera permanente.

La preocupación suscitada por las “responsabilidades” y los “protocolos de asistencia” tiene base legítima ante dicha proliferación, pero quiero reflexionar en este espacio acerca de los múltiples respuestas posibles por parte de autoridades y docentes que se encuentran involucrados en estos casos.

Me abruma la obsesión de algunas autoridades por no quedar comprometidos de modo alguno en los hechos: la infinita preocupación por estampar en actas y dejar notificado burocráticamente lo sucedido en lugar de preocuparse por quienes son las víctimas de estas situaciones. Creo haber escuchado al menos 10 veces esta semana “que quede en el acta…”, aunque sólo escuché una vez la preocupación por saber cómo estaba nuestra estudiante paradójicamente de los únicos dos hombres que conforman el equipo de conducción.

Cuando decidí acompañar a nuestra estudiante en los pasos que quisiera seguir, escuché frases como “es un asunto familiar, no te metas” (sí: ¡imaginen una autoridad diciendo esto!); “vos dejá que ella haga lo que quiera y mantenete afuera ”; “mejor dejala que ella vaya sola”; etc. Es más, en un momento debí declarar con firmeza que soy un adulto que toma sus propias decisiones y que no necesitaba que me dijeran lo que tenía que hacer, porque conocía las normas, los procedimientos, los protocolos ¡y la mar en coche! Hubo un momento en que una de las autoridades se vió más preocupada porque “el problema concluyera antes de que termine el último turno del día” que por ver cómo estaba la joven afectada. Me cuesta entender estas lógicas…

¿Postularse a conducir una institución solamente para ser un burócrata que aplica reglamentos? ¿Qué pasa con las personas reales y concretas que sienten, piensan y sufren con las que trabajamos? ¿Sólo interesan sus datos “para completar el acta”?

En el caso de esta historia que relato, por suerte se está encaminando hacia una resolución favorable. ¿Pero qué hubiera pasado si no fuera así? ¿Cuál hubiera sido la reacción de las autoridades? ¿La de seguir haciendo actas?. Entiendo que además cuando la administración central usa como “caso ejemplificador” la separación del cargo por un caso de violencia contra un menor de una directora y una maestra, causa cierto amedrentamiento en quienes tienen la responsabilidad de la toma de decisiones. Pero dejemos una cosa bien claro: primero están las personas y después la burocracia. O por lo menos así lo entiendo yo.

No podemos pensar en cortar este incremento de situaciones de violencia mientras se eluda una implicación social por parte de todos y todas. El mirar para otro lado; el dejar aisladas a las víctimas; la falta de observación, escucha y acompañamiento; etc. es lo que ha contribuido sin lugar a dudas con este incremento y perpetuación de los casos. Es momento de armar redes y de estar atentos, preparados para acompañar y asistir.

Pero además, si lo pensamos un momento, siempre es mejor hacer que no hacer; acompañar que no acompañar y estar para quien más lo necesita. No estoy hablando de ser “locos kamikazes”: me estoy refiriendo sencillamente a escuchar y asistir oportunamente a quien lo requiere. Nuestra mejor herramienta, sin dudas, es conocer las normas y tener la información para pedir ayuda disponible. Sobre este último punto me gustaría compartir algunos datos importantes.

Existen hoy afortunadamente muchas ayudas con las que contamos en Argentina. Es importante tener a mano esta información y publicar en las carteleras de todas las instituciones educativas:

Si compartimos además las formas en que hemos podido ayudar a resolver estas situaciones, seguramente estaremos dando herramientas a los colegas que tengan que afrontarlas. Colaborar siempre es una gran forma ayudar a atender los problemas que se nos presentan.

Como este blog se lee en diferentes lugares del mundo, quizás mis colegas de otros países nos ayuden a difundir las informaciones locales. ¡Gracias!

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2 comentarios

  1. No me extraña e incluso lo vivo actualmente, pues el sistema está preparado burocráticamente, no le importa el alumno y en ese esquema, el que mejor funciona administrativamente, es el que tiene mas posibilidad de llegar a dirigir la institución. Entonces, cuando hay un problema que sale del molde, que requiere una respuesta humana, específica, ahi se complica todo el sistema. Lo distinto, diferente, que sales de las casillas, complica. Despues decimos que hay que invertir más en educación, y esta decáda se invirtió más, pero hay que hacerlo en calidad educativa, y para eso, hay que sacarse la venda

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  2. La situación la has presentado mostrando las diversas columnas estructurales comprometidas en el hecho.Los alumnos,la familia,la escuela como institución social en su conjunto amplio.En tanto el problema se presente en la escuela,no considero conveniente enfocar al alumno con su familia Esto dificulta y complejiza la tarea que sólo un profesional especializado en familia puede encarar Ante alguna consulta que he recibido,y habría que definir cada una,si el docente había establecido una relación de cercania con el alumno resultó adecuado para el niño o joven, que éste pudiera ser un interlocutor confiable sin incluir a los padres a menos que la situación lo requiera.Pero considero que es primordial que todo el personal de las escuelas,todos, reciban una especial capacitación al respecto así podrían detectar precozmente ciertos indicadores de riesgo.Y que exista un centro de consultoria especializado no necesariamente de esa escuela sino en un area abarcativa de diferentes escuelas ,relacionado con la capacitación. . Todos debieran estar informados de su existencia ,incluyo a las familias. que pueden presentarse espontaneamente Y éste podría citar a la familia y trabajar la problemática con profesionales adecuados. Así mismo acompañar a los tres pilares de esta situación, que considero pertenece al ámbito institucional.Excede la tarea del docente,como es visto en los hechos.

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