La escuela necesita ser pensada colectivamente

Créditos imagen: Richard-G, Speed networking machine. Fuente: Flickr.

Uno de los grandes problemas que observo en las instituciones educativas es la marcada tendencia al individualismo o la forma de trabajo en solitario. Si hablamos de cambiar, no lo veo posible sin modificar estas coordenadas típicas del funcionamiento organizacional.

Desde que empecé en la docencia siempre escuché la frase “-Cuando cerrás la puerta del aula, hacés lo que querés”. No me parece mal en términos de autonomía, pero creo que nos falta mucho trabajo de abocarnos a pensar colectivamente.

¿Por qué cuesta tanto pensar la colaboración entre docentes y equipos de conducción?

En principio porque las instituciones educativas son esencia verticalistas y responden a una matriz histórica bastante autoritaria sustentada en la burocracia que le da el marco cotidiano de funcionamiento.

Suele hablarse de cargos, puestos y personas; pero raramente de equipos. La competencia en términos individuales prima sobre la construcción conjunta: vemos más una “lucha por sobresalir” que un proyecto llevado adelante por un grupo de gente a donde todos tiran del carro.

Una de las expresiones que más pone de manifiesto este fenómeno es la consabida mezquindad a la hora de compartir las planificaciones propias con los colegas. Cual si fuera el secreto mejor guardado bajo cinco cerrojos, y esgrimiendo argumentos insólitos, las planificaciones suelen morir en la carpeta o computadora de cada docente. En lugar de entenderla como un documento para el intercambio, es ocultada como un tesoro.

Muchas veces los equipos de conducción aprovechan estas circunstancias para implementar la famosa estrategia del “divide y reinarás”, fomentando aún más individualismo y competencia entre docentes.

¿Es factible un escenario organizacional diferente?

Las mejores experiencias educativas tienen detrás trabajos colectivos que las inspiran y sostienen. Se trata de pensar los proyectos juntos, de gestionarlos en red, de implementar y evaluar entre todos.

Si bien este escenario parece poco viable, la única forma de romper los “usos y costumbres escolares” es salir al ruedo con propuestas que inviten a los colegas a pensar juntos. Es increíble cómo genera sorpresa y a su vez desconfianza esta actitud, producto de la perpetuación de tradiciones de trabajo individualista. Algunos llegan a pensar que detrás de la invitación al trabajo colaborativo hay “gato encerrado” o intereses particulares por parte de quienes abren el juego.

Sin embargo, la única forma de romper el verticalismo instalado es empezar por pequeñas acciones cotidianas que tengan en cuenta al otro no sólo como una opinión más sino como parte del diseño de estrategias de trabajo que sean imposibles de pensarse de manera aislada.

Si nos quedamos en la idea de que la mejora de la escuela viene sólo de la mano de los “pioneros”, la ecuación quedará trunca. No alcanza con el que innova en soledad si no logramos trascender la experiencia particular y permear al resto de la institución. De allí la necesidad de pensar colectivamente y diseñar proyectos que no invalidan las acciones de cada uno en su propia aula pero que traspasan las cuatro paredes.

Es hora de dejar recelos de lado: la escuela nos necesita trabajando todos juntos y saliendo de la burbuja de cada aula. Tiempo de tejer redes.

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12 comentarios

  1. Es una muy buena pregunta la tuya del inicio.Hasta donde puedo responderla para mi misma ,que ya lo he hecho otrora .para otros temas.Nuestra cultura no es especialmente de trabajo en equipos .Y a mi siempre me gustó trabajar así.Dialogar, plantearse los problemas , hilar fino si apuro de ir al encuentro de una solución.He vivido fuera de la Argentina y allí lo disfruté mucho.Lo podemos observar en diversos campos.En el futbol vemos cuánto le cuesta integrarse y rendir a Messi y la intolerancia de sus compatriotas. Alli,en Barelona a donde fué desde chico,,cuando el equipo detecta sus dones trabajan para que rinda.Aquí se lo descalifica porque no juega según lo esperado y es fundamental ganar aun haciendo trampa,como Maradona y su gol con la mano.Lo importante fué ganarle a los ingleses.Hay ejemplos en todas las areas.Realizando un trabajo en una Fundación en Dock Sur, de contraturno escolar intenté que se construyera un coro.Una maravillosa experiencia de trabajo grupal donde es fundamental que existan diferencias e integrarlas y así se logra construir una entidad que a su vez te designa.Ser uno con otros,como en las orquestas infantiles,experiencia que pude recorrer un tramo.Es un genuino paradigma de democracia.Que tanto necesitamos los argentinos.Y para agravar las cosas ,nuestras escuelas creadas a semejanza del iluminismo francés siempre fueron verticales,como nuestras instituciones , así el hospital.O la misma construcción de autoridad de padres a hijos.Vos estás en la siembra y tu camino es fértil.Espero que esto que comparto te resulte de utilidad.

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