Llegó a la Argentina finalmente el tan mundialmente extendido juego Pokémon Go y con el arribo comenzaron a escucharse las reacciones escolares ante otro “baño de realidad” que invade las instituciones educativas. Como dije por Twitter, cada vez que llega a la escuela algo que no sabe cómo manejar, la primera reacción es prohibirlo.
Arrancamos con la noticia de “Las escuelas porteñas podrán sancionar a los chicos por jugar Pokémon Go”. Por supuesto que a nadie se le ocurre que puede estar mal implementar normas de convivencias, pero… ¿sancionar por usarlo? Hay un mundo de opciones entre una cosa y la otra. En la misma nota refiere a la aceptación de los usos pedagógicos, ¿pero en qué diferencia esta situación del uso de la tecnología en la escuela? Siempre debe ser responsable y trabajado. ¿Por qué cargar las tintas sobre este juego en particular?
El uso responsable de Internet debería ser un eje a trabajar en todos los años de la escolarización. Sin embargo, se pasan de unos a otros la responsabilidad del abordaje de este tema clave ignorando la necesidad imperiosa de tomarlo para prevenir situaciones de mayor gravedad que la de jugar un juego de moda.
Yo quisiera introducir por ejemplo la variable de los riesgos, como cuando ayer mientras bajaba la escalera de mi escuela junto a dos chicos que iban mirando su pantalla y podrían haber rodado escalera abajo por no mirar por dónde iban. ¿Acaso estos son temas menos preocupantes? Sí, ya sé que hablaron de que “un chico salió de la escuela a cazar Pokemones”. ¿Es que las rateadas estaban erradicadas y no me enteré?
Se aprovecha este escenario para darle duro al uso de celulares en la escuela, reactivando las prohibiciones ante algo se impone y que muchos docentes, directivos y padres se rasgan las vestiduras cuando los propios adultos estamos todo el día prendidos al “aparatito”, incluso muchos en clase. Pero si son los chicos, la opción que se presenta como “límite” es prohibir. ¿Cada vez que se presenta un problema en la vida prohibimos lo que lo genera?
En cuanto a los usos educativos hemos visto y leído estos días numerosos aportes de quienes consideran el juego como una herramienta para la enseñanza.
Se puede pensar en diversos beneficios para el uso educativo del Pokémon Go como los que ha enunciado mi querido colega Jordi Martí, pero plantea asimismo la necesidad de limitar un poco el exceso de optimismo surgido de la llegada del juego a los ámbitos educativos.
Una perspectiva más crítica nos permite estar alertas sin necesidad de prohibir o reprimir, simplemente considerar posibilidades y limitaciones. Lo que es seguro es que hay que evitar la magnificación del tema y el escandalizarse. No tendremos generaciones perdidas por el Pokémon Go. Los chicos no aprenderán menos por jugarlo. No estamos ante el peor flagelo que podría sufrir la escuela. Y tal vez ustedes se pregunten por qué lo puedo afirmar? Sencillamente porque a lo largo de historia hubo otros “Pokémon Go” y la escuela sigue intacta como siempre.
Si tenemos problemas de calidad o si los niños no aprenden, de seguro que no podremos culpar a Pokémon por eso. Usar un juego como chivo emisario de otras cuestiones no cierra y sólo se constituye en una excusa más para eludir el pensar por dónde se presentan los problemas reales de la escuela.
Pokémon Go no nos va a mejorar la enseñanza ni el aprendizaje, pero tampoco va a conducirnos al fracaso. Ningún chico va a sufrir mutaciones de conducta por jugar a esto. Desdramaticemos y trabajemos con el juego. ¿Alguna vez aprenderemos de lo que dice la famosa frase?: “- Si no puedes vencerlos, únete a ellos”. Así que empecemos por descargarlo y probarlo así después seguimos intercambiando. La “escuela burbuja” se tiene que terminar de una vez.
Créditos imagen: Anna Tran. Pokemon Poster. Fuente: Flickr.
Me gusta mucho la mirada ..me hace pensarlo desde otro lado ..pero seguramente podremos coincidir en que este juego de realidad virtual viene acompañado de la necesidad de que está sociedad globalizada se distraiga ante tantas aberraciones..algo más que se suma al «opio «…
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Interesante esta reflexión Liliana, el tema de aquellas cosas que «anestesian»…
Me parece que las ideas que surgen de esto tienen mucho que ver con el tema de los videojuegos y la escuela que continúa siendo un tema muy difícil de trabajar. Si pudiéramos mirarlos desde las narrativas digitales que se proponen tal vez podríamos trascender algunos prejuicios que nos salen cuando aparecen estos temas. Es implicaría revisar mucho la currícula de Lengua, algo que está pendiente.
Un abrazo!
Débora
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Excelente como siempre, y además creo que conceptualizás de maravilla algo que no se me ocurría cómo expresar: es el «chivo emisario» de cuestiones mucho más profundas, como por ejemplo la pobreza en la comunicación dentro de muchos hogares. Gracias!!!
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Gracias Blanca! Un abrazo.
Débora
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